lunes, 23 de diciembre de 2019

Apunte para una postal de invierno. II




Era del Mirador tras las últimas lluvias. Foto José Luis Parra


Las facetas del tiempo se desvelan como arena o piedra. 
Tallado por las olas cíclicas de un mar inmóvil. Otero enigmático de campiña, se alza este universo tallado de arenisca. Aquí el farallón amarillo como cruce de destinos, territorio proverbial de leyendas. Aquí cernidas las doradas torres.

El mar bajo la arena de los días. La arcilla su color desnuda por ignorancia, las propias lluvias.
Aquí el abismo de la luz, la sombra esculpida.



(De "Parajes de Limosa")


 !FELICES FIESTAS!

domingo, 15 de diciembre de 2019

La nieve sobre Ulía (Apuntes para una postal)


Imagen relacionada
               


Campos de Ulía

La tierra, rojiza y alba.
Allá donde  las vides 
caracolean su esencia.
Perfumada cabellera de Dionisos. 

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Como un regalo en flor de almendro
la dulce nieve sobre Ulía.
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Viñas

Viñas amarillas.
Yo os quise, sabedlo.
Tanto os quise.
Quebradizos sarmientos
dorados al crepúsculo,
raíces al viento.
Desvaída la color
de hoja roja
besada por el sol
como esta piel
ya sin memoria.
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 Campiña ( Otoño, 2004)

jueves, 31 de octubre de 2019

Madre


                                            A Loli Jurado, mi madre


Duermen jazmines en el orujo, labios y sueños.
Este haz de luna ya cárdena luz.
Llora la madre perlas de aceite,
la piel en suaves óleos molturada,
madre rota en las zarzas.
De engarce a la umbría,
nublo en pasas de hondura,
la mirada siembras en el valle,
el vientre es un odre de sangre dura
y atabal en comba de latidos
el flujo de los lirios acomoda.
En yacija de barro implora
sarmientos, pámpanos y uvas.
La madre vive en sus hijos.
Cucharas de estaño en la posada de la sangre.
Trenza el aire la cuerna,
el crepúsculo baña de especias,
la púrpura esquiva el desmayo,
del pecho reticulados brotes
exhalan promesas de olvido.
La penumbra es un dolor que rumia.
Todo inicia en el alba y albada es su morada.
Recuerdo del rosal era una rosa.




domingo, 6 de octubre de 2019

Patio de la Mezquita de Córdoba. Recuerdos de azahar (I)


"Isla de sombra, de silencio y perfume"
                        Ricardo Molina (sobre el Patio de Los Naranjos)


"Concebido para la quietud meditativa, la relajación de los sentidos, la observación y el goce espiritual. Preámbulo de la purificación del agua para los rezos, como una alegoría del paraíso islámico. La originaria mezquita se abría al patio sin puertas. Patio milenario, corazón de Córdoba cuando "Córdoba era el corazón del mundo"*. También en el interior del templo y madrasa se disertaba, administraban justicia los alfaquíes y recibían enseñanza del Corán (en corro, aventajados alumnos  alrededor del maestro, tablilla y punzón en mano). A menudo colaboraban maestros sufíes de gran prestigio.
Otros sabios, destacados en diversas materias, llegados de todo Al Ándalus y de Oriente. Traían en las acémilas arcones miniados de compilado prestigio y erudición.
Los libros, tan preciados como el oro, nutrían las abigarradas bibliotecas de Qurtuba. Manuscritos traducidos e iluminados por una pléyade de mujeres copistas al servicio del califa ilustrado, Alhaken II. Las bibliotecas eran insignia cultural de la capital omeya. Una vez apagadas las estancias majestuosas de la ciudad luz, con un viento asolador de ruina y saqueo, durante la fitna (guerra civil): "Vivir en doloroso silencio, la nostalgia". Largos años después, algunas taifas reminiscentes empabilaron  la travesía del esplendor califal con literatura, diversas artes y ciencia.

*Antonio Gala


https://archivos.wikanda.es/cordobapedia/CanoOlivo.jpg


Una acústica especial para el silencio introspectivo. Aún conserva esa magia que produce en el aire el borboteo de los caños dorados, Fuente de Santa María y su proverbial caño del olivo, donde teselado y frágil, oculto entre ninfas, el olvido.
Abanico ingrávido de palomas bamboleándose lentas entre naranjos. Revivo esta calidez al cerrar los ojos. O el cobrizo relampagueo de monedas en la fuente, aerolitos de innumerables deseos tantos como estrellas en el agua.
 A menudo estremecía al rasgueo cálido y profundo de una guitarra bajo el pétreo langor de la torre. Su actual reestructuración barroquizante envuelve un alminar plateado (obra de Abd al-Rahman III),  como un regalo del tiempo, hoy visible a tramos.
Maravillado bajo la cúpula de la maqsura de Alhaken II, minúsculo en el gran bosque de palmeras pintadas en piedra, solía pasear los domingos matinales de entrada gratuita, en horario de misa.
Tanto me distraje, joven aligerado entre sorpresivo y vital, callejeando mi propio laberinto de juventud, en este laberíntico barrio de Babel, la Judería. Enjuto ante el asombro. La sonrisa presta, rasgo de timidez, lábil parapeto. Estos ojos aún peinaban melancolía. Invisible por callejas de sombra y jazmín, sorteando grupos de turistas encandilados.
 
Vivir en la Córdoba histórica, babélica y cosmopolita, deja su impronta. Como debe imprimir carácter sobrevivir en el centro monumental de Roma, Siena o Atenas.
Mi afición a la poesía andalusí junto a la admiración por la belleza de Córdoba, me enamoró del arte califal. He de reconocer que he paseado y admirado la Córdoba eterna con ojos stendhalianos.

                                                                                                         
                                                                                                                            


viernes, 20 de septiembre de 2019

"El cuello roto del cisne" (1989-1995). Brisa encendida de las palabras

Onda Pasión en el antiguo colegio de Calle Rejanas



 






















(1989-2019) Aniversario de Onda Pasión.  
     De los 30 a los 60, la radio vuela.



Ahora que los años (1989-2019), nos personalizan de distinta manera, de los 30 a los 60, vida y radio vuelan. Me apetece recordar éste ya para mí, entrañable programa surgido de una radio local, con ámbito rural y difusión por la campiña lindante. Desmayaba su hálito a la hermosa vista de Córdoba. 


La emisión iniciaba en el patio de la Calle Rejanas. Surgió de repente aquel pino metálico, desgajado del Calvario, sobresaliendo las antiguas tejas de una mínima escuela y guardería, con patio tapiado y árbol de sombra. La estructura pintada a intervalos blancos y rojos de la antena como otro faro ciego, titilante de ilusiones, espontáneo a menudo, vocacional y divertido.

"...A veces columpiaban de la imponente estructura eléctricos gorriones. Plomadas del horizonte. Cariciantes palomas, briseñas. Como abanicos de plata vinieron de un palomar cercano. Ceñida la noche, hasta una lechuza  he sentido alumbrando el silencio. La misma que otra vez, aciaga inoportuna, se acercó al patio de la alfarería, ¿para avisarnos?, en una víspera blanca, varada junto al jazmín o en el cable sobre la cancela."

Antena con un solo ojo, acariciaba la luna, miércoles o jueves, sembrando la campiña de versos y música en la noches estivales de fósforo y brisa. Disputándose esta fragua de las palabras, en blanca arcilla local, su agua fresca o el dorado y envasado lúpulo.

Abría el reloj la sintonía: Elis Regina (A nosos pais). Sentados en una mesa más camilla que nube, entre luces y cables  los  poetas velaban develando su concernido hatillo de versos. Una introducción lírica o biográfica del autor. Timbrada la noche literaria frente a un micrófono: guiones manuscritos, libros abiertos en las manos brotaron aquella sinestesia, ¿entrevistas breves mariposas de linotipia?. Una partitura de voces conjuntadas en su particularidad: Lourdes, Juan, a veces Rafael y José Luis.

 El duende telegráfico cabalgó la ensenada, Ítaca inundada con palabras habitables, estremecimiento y música del verso. Una especie de brisa poética evocativa y sensorial. En estos desperezos de radio local, alguna vez campó poesía tímidos rayos de fractalidad.

Juan y Lourdes, voces magistrales,  prestaron su trabajada y entregada emoción, al interpretar la obra de otros poetas y escritores. Aprendemos y degustamos excelente poesía, en esta nuestra apostillada "La Barraca en las Ondas"*.

La  melodía de "El cuello roto del Cisne" cuentan que revoloteaba  sobre campos y huertas de Limosa. Posa entre olivos. Ya traza su mística acequia inundando el véspero. Murciélagos varados de la tarde erizaron algunas tejas rotas; chaleteando el  chicharreo de los aspersores. Adentra humilde en casas solariegas. Numerosos pisos esta brisa sosegaba. Tal vez en habitaciones propias para disfrutar poesia en  andamios de soledad, por quienes no deseaban ración de fútbol o telediurética, esos días alternativos.

En el invierno la llama encendida del piloto pudo atisar tal ascua de emociones, misantropías o saudades, diván de sueños confesables, mínimo teatro, caudal de magia. Posiblemente exagero, creedme, lo impreciso del recuerdo es la memoria, el urdido engranaje de la verdad. Sin embargo, bañadas en luz poética, las palabras, aun sí las lleva el viento, dejan largos fanales en el alma. Pero si  algunos libros o versos caen en tus manos limpiamente, si son tomados con curiosidad, saltan libres mágicas palabras y éstas, tal viveza de colores, florecerán en ti para siempre.
 

Segunda juventud* latente en Onda Pasión. Para esta hermosa juventud de campiña mis halagos vertidos con displicencia, pese a que, a menudo el futuro acercase endrino con alas de vareta*.

Aquí entretanto la tertulia con el trago amable de la amistad, la música del verso entre la música que suele ser poema. 


                                                                                            Mayo 2019
                                                                                        




 José Luis, Juan y Rafael durante la emisión en directo del programa










 













*"Juventud, divino tesoro" de Rubén Darío, musicado por Paco Ibáñez.
*"La Barraca". Grupo de teatro universitario e itinerante fundado por García Lorca en la República, con el que representaban nuestro teatro clásico por los pueblos de España.
*Actor y poeta, nuestro amigo Juan, de trágico final. 




(Artículo editado en BIM de La Rambla, Agosto 2019)