jueves, 31 de diciembre de 2009

martes, 29 de diciembre de 2009

Llueve sobre la arena




Diciembre se desplomó en lluvia. Por enero, la tierra desbordada. Continuaba el agua incesante. El pulso, ayer paloma, apenas latido, hoy torrente. Antiguos cauces olvidados, lenguas torrenciales, bravíos arroyos, ríos, desgarraban la campiña exhausta, rendida a este brío que la desmoronaba como azucarillo en violáceos paladares de tormenta. Día a día, noche a noche desaparecieron tramos de carretera, casas sumidas por grietas del terreno, pueblos inundados que habían sufrido decenios de sequía. Algunos trenes recorrían distancias inciertas con raíles en el aire. Tumbas imperiales afloraron sus médulas de barro. De repente el agua descubrió un puente romano que acariciaba con sangre de arqueólogo el arroyo milenario.
El agua brotaba de la arena. El paisaje tornó de un verde intenso sobre los cauces líquidos, de olivos como encinas salvajes enguantadas de verdina, como las tejas, como la cal, como los ojos lícuos del espejo entre nieblas de azogue, como el sueño a la deriva.


Del libro "Campiña de Luz"


lunes, 28 de diciembre de 2009

El mito y la arcilla





       
   
 Limosa, cruce de caminos. Equidistancia al Sur. Parada y fonda donde solazaron, apacentaron sombra cabe dulzor de alcarraza, peregrinos y viandantes. A fuer de torre y despensa para reyes y soldados, mercaderes y labriegos, hidalgos o villanos.
Del alba de los tiempos, promontorio serenado al estilo de los cerros-testigo habitados tempranamente.
El fruto asilvestrado y la carne amiga. Doméstica amistad contractual entre el hombre y el caballo, el arado y el buey, el perro y la conciencia. Una simple historia de amor y amistad bajo el vendaval de pájaros como nubes, como heridas, como estaño.
La arcilla fue el odre de arena, ese duro vientre a los labios, la nutriente cocción de la espiga, el hueco de dormir, material de sustento, la mano de soñar y el lujo de vivir.
Cerámica era huella en barro de una idea, la expresión al fuego de un sentimiento ancestral. Buhoneros de rubias trenzas, pálidos alquimistas, tañedores de cobre, enterraban vasos votivos, las ofrendas, junto a la placa de arquero (olvido de los héroes), el brazalete áureo, la lanceta y el puñal.
Asentado el territorio, al par que la estirpe, germinan como frutos los oficios y los dioses. El granero y las semillas. En espiral de espigas, la era y la parva avanzan, a modo de calvas solares, nutricias, defensibles contra la mesnada y la plaga.
Hollaron los cauces secos de arroyos, segaron laderas, colinas desmenuzadas en pos de la buena greda, muy maleable y porosa con la que habitar plásticamente los usos, las formas y avanzar técnica y culturalmente en el tiempo.

Del libro "Campiña de Luz"


miércoles, 6 de mayo de 2009

Las vides bajo la lluvia

                                            

Viñas en Otoño de Antonio López Pintor (1957)


Queman las vides bajo la lluvia.

Casi es invierno.

Hay un desmayo del color, una quietud punzante.

Han caído algunas hojas

y el viento lame las heridas del horizonte,

desdibujado y frío.

Llueve, una fina lluvia trepida en los arroyos.

Desmenuza tiempo al tacto de la yedra.

Los árboles antaño saciados de luz

ofrecen nítidos perfiles;

el gris los acompaña y sustituye.

El amarillo iniciático

se apodera de los besos,

ayer tallos amables,

hoy incierto ramaje, quebradizo y oscuro.

Sabemos que la vida nos mece

como altas ramas de jóvenes eucaliptos.

Ha cesado la lluvia. Revuela un pajarillo

y aviva la quietud terrible de las hojas.



(Del libro "Extensa clepsidra". 2011)

domingo, 19 de abril de 2009

Encuentro Literario de Concha García en La Rambla




Fue un 17 de abril el Encuentro Literario con la escritora Concha García en su pueblo natal. El centro de Adultos "Dolorcitas Fernández", el escenario abarrotado donde se estableció un diálogo enriquecedor entre el público, principalmente alumnas y alumnos, que leyeron versos de Concha García, también algunos poetas locales intervinieron en esta lectura acompañando a la autora.
A continuación "Ella" leyó sus versos comentándolos ante un atento y simpático auditorio.
Una velada muy dulce con tarta y café inclusive donde la maestría poética de la consagrada autora rambleña emocionó a la concurrencia que asistía al acto con los ojos encandilados de lo nuevo, nunca es tarde para la poesía.

lunes, 13 de abril de 2009

Dos poemas para un paisaje

Foto JL Parra
















Campiña al Sur

Tierra mítica.
Angosturas de cal,
colinas sinuosas,
sueños verdecidos, ecos,
reverberos de cristal.
Tierra sin nubes,
todo el cielo son pájaros.


Mirad, naves, olas

Mirad, naves, olas,
térreas lomas sin árboles,
doradas dunas de fuego.
Ya ceniza, cristal de caña,
desnudos cereales alzaron.
Arenas de abierta clepsidra,
blasones de playa terciaria.
Mirad, naves, olas de arcilla,
espigones en lontananza.

De "Extensa clepsidra"