sábado, 29 de diciembre de 2012

La siembra





Ya huele el aire

A vino celestial.


Pronto vendrá la siembra,


Y besaré los labios


En ascua viva.

        
                          (2004)

De "Verdes vides de Ulía"


viernes, 7 de diciembre de 2012

El futuro es mujer


  

 El futuro es una mujer con rasgos, alzada y soberbia, posee todos los dones y sabe utilizarlos.
 Inteligente, audaz. Pondrá brisa de mar, pétalos de lluvia sobre los bosques calcinados.
                       
                                                (2011)

lunes, 3 de diciembre de 2012

Verdes vides















Verdes vides que me amáis
¿Cuándo a mí vendréis?
De la tierra roja y seca,
Si tardáis
La uva blanca cortaré.
Verdes vides que me amáis
¿Cuándo llegaréis?
                                            (2004)

martes, 27 de noviembre de 2012

Cántara melosa

      



                                                              A Teresa

Cromos pinceles, latidos de tu boca por la enredadera del pecho.
Una nuba de jazmines secretos bajo la duna.
Cerezos pintados
con almíbar de tus labios, palomas y fuegos bajo la lengua.
Alcatraces de cuarzo* me  miran de soslayo
cuando sonríes como cántara  melosa..
                                                ( 2012)

"Alcatraces de cuarzo" En poema mineral de Vicente Núñez.                                             

viernes, 16 de noviembre de 2012

Arcilla y luz


Vuelvo a mi estancia de arcilla y luz

donde apenas escribo.

El color es reclamo,

entretanto la hierba

crece dulce entre las piedras.

Y unos olivos jóvenes

alimentan su caudal de sombra

como los días de flores y silencio.

                                           (98)

domingo, 4 de noviembre de 2012

Panneau, simbólica tabla de Julio Romero



Julio Romero de Torres, Panneau (1912), Col. Fundación Banco Santander


La una nos mira plateando verdosa falda de luz. La otra, serenada, la mira con entreverada falda granate. Recuerda desde el ayer la ingenua fragilidad de la belleza. El puente de la luz reverbera el tránsito, lentecerá la mirada en esta orilla de despedida.
Veneciana copa en el aire sostiene tres rosas. Las rosas sellan desde el rasgado perfil, el azabache del pelo como otra mantilla, la seda del brazo, las manos... Desde el ovalado semblante, a media luz, jazmines nos miran, seducen con sonrisa vinciana estos labios.
Sucesivos velos, pliegues undosos de hembra judía, mora y cristiana.
Al fondo se miden con flores o frutos encarnados las virtudes concedidas, el peso de la pasión dormida o consumada. En este tempo florecen estanques de inquietud con verde ramo para la vida. Decidirse por uno de los dos símbolos es vano afán. La una se mira en la otra. En el espejo del río muere el tiempo. Permanece Córdoba trascendida.



Bajo esta dualidad de ribera, orilla de los sentidos, Córdoba nos seduce y serenada*.  
                                                                             
                                                                                 (La Rambla, 4 de noviembre 2012)



Resultado de imagen de autorretrato pintando de julio romero de torres
Autorretrato, Julio Romero de Torres



*Los símbolos sólo son símbolos, pero símbolos son. Y la escritura lo es en sí misma. Literatura viva y literatura siempre.  

martes, 30 de octubre de 2012

PAISAJE DESDE EL PUERTO




PUERTO DE SANTA MARÍA

                                                                                      A Fernando Quiñones

   
 (Los gaditanos, ese deje hondïsimo que exhalan. Parece como si el alma les brotara en los labios teñida de sangre que alta arde y azul)


Se hace tuyo el mar, esa cautela indolente de embarcaciones luminosas, 

undívagas, perezosas, avistadas desde la sed.

Esto es el Puerto, salados corazones rotos navegando estaciones de sal, 

extensas flores salobres a riesgo de soñar.

 La luz entretanto languidece en ditirambos, calafateada y solemne. 

Claudicará el poniente de tardíos azafranes. 

Hoy el otoño arría los tilos blancos. 

Laten amenazadores pájaros de tormenta. 

Carnaval de gaviotas sobre una vela hinchada. 

Yace desgarrada la tela del mar. 

La flor de lo posible entreabre sus pétalos.

Diletante lluvia de Setiembre, primeras aguas del otoño, desprevenidas, 

promiscuas. 

Endulzan la sal de la tierra y tabletean en el agua como granos de cebada.

Tierra defendible que el océano sazona, acicala en vísperas, deslumbra 

matinal, hurga en sus costuras, con avidez lamerá su espuma arborescente.

El mar es una presencia inadvertida, demorada promesa batiente.

Amor, el mar como la muerte nos señala, acoge en su regazo y abandona.

                                                                                                             (Cádiz, 1994)




domingo, 28 de octubre de 2012


Azul.es (70 x 50)



Acuarela del amigo pintor y poeta Manuel Bocanegra 
con la que participa estos días en la II Bienal Internacional de Caudete 2012.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Bestiario Andalusí

Ataifor del Caballo con ave. JLP


 ...El Salón Rico o Dar al-Mulk (Casa Real), levantado por el arqueólogo Félix Hernández sobre los cimientos y multitud de restos decorativos del original, fue actuación polémica en su momento. Reconocido acierto ya en esta fase final de recomposición decorativa con paneles restaurados.  Reconstruir Al-Zahra de nuevo es imposible, tarea monumental de decenios o centurias más bien y aún así  inútil empresa por muchas razones. Actualmente las intervenciones van por conservar y consolidar lo ya excavado, el entorno palaciego de las terrazas superiores hasta la muralla ajardinada, apenas un diez por ciento de la ciudad. Esta parte excavada ocupa 112 hectáreas conformando un rectángulo de 1500 metros de largo por 745 de ancho. También está el problema de la piedra arenisca que a los pocos años de descubierta se deshace como una metáfora borgiana de la que esta ciudad es dorado reflejo.
El Salón Rico: Cerámicas orientales y cordobesas. Otras artes decorativas y elementos de la cultura material andalusí
   El Salón Rico es un cofre abierto de vidrio y seda, una arqueta tallada con  mampostería de paneles y jambas, un tiraz interior cuajado de tallos, flores, racimos y nervaduras.  Acoge en vitrinas los elementos de la cultura material  omeya que proceden de museos como el de Damasco, Ammán en Jordania, Florencia, Louvre y los diversos españoles. A la derecha se ofrecen las piezas  de los reyes omeyas foráneos, precedentes y contemporáneas realizaciones orientales y del Norte de África.

Destacan las cerámicas mediterráneas. Cuando me encontré frente al cántaro estampillado de Raqqa (Siria) Siglo IX-X, no pude dejar de recordar instintivamente las antiguas piezas alfareras de lujo rambleñas “con patilla”. Y los cántaros estampillados o los decorados con ruedecilla. Cintas con corazones, directamente influjos persas, florecillas y hojas, triángulos invertidos, componen la profusa decoración del hermoso cántaro de alta asa y boca tubular. Una jarra con doble asa y pintada, de barro poroso recuerda  por su forma a las jarras zahareñas y por su función de refrescar el agua a las alcarrazas, aunque las asas son macizas y pesadas. Procede de Jordania, siglos VIII - IX. También recabamos en un plato pintado con líneas o manchas verdes  radiales a partir de un botón central, quizás estos trazos influenciados de las manufacturas chinas de la época T´Ang, extendidas con profusión por el comercio mediterráneo. Llegaban desde China hasta África pasando `por el Golfo de Arabia. A menudo la técnica usada consistía en decorar el color en bandas sobre un vidriado.
Y su origen es, de la pieza en cuestión , Mesopotamia, siglo IX.


 *Extraído  del artículo editado en Bestiario Andalusí  "Al- Zahra, la novia enjoyada y el esplendor de los Omeyas cordobeses"

lunes, 24 de septiembre de 2012

Héroes de papel





Héroes de papel 
Ante el papel de (no) ser tinta de otros labios,
Agua de otros ojos, sangre extrañada de sí misma.

                                                                  (Córdoba,1983)


lunes, 17 de septiembre de 2012

AÚN





Aún amarrado en el frío espongiario  de  tu boca,
la cruel delicia muerta en el ojal
donde la yedra llueve con arrebol de  incendio.
Yo penetro la faz de nieve, y río y lloro perlas de aguamiel
antes de yacer exhausto. Antes de nacer.

De la plaquette "Joyeles de arena". 1989




sábado, 1 de septiembre de 2012

¿Y?






¿Dónde nos lleva la vida?
El mundo tiene números primos donde visten estatuas o príncipes.
Los principios pasean con spray.
El azafrán volverá a la luna. Los rusos comen astronomía.
Los astronautas no piensan, fuera de sus cascos asépticos
sólo el vacío del estómago en aquel universo poblado de palomitas.
El ayer tiene las uñas de Durero. Hoy tendrá las uñas de porcelana.
Los arreglos del pianista en la boutique se saltan el día de la bandera.
La cantina del amor sigue cerrada los Lunes por prescripción del gobierno.
Un precipicio sin principio ni finales inoportunos.
Gulliver coronado con panochas en la clausura de una tarde cualquiera.
No tengo piernas, ni medallas, ni tapices o naipes, sólo miopía es mi horizonte.
Los libros serán gratis, la gratuidad de los libros alimenta
a los conejos devoradores de alfalfa digital.
La luna tiene una calvicie salpicada de extraños cráteres metálicos.
                                                                         
                                                                                                              (Setiembre, 2011)


lunes, 6 de agosto de 2012

EL ALFARERO DE LOS CAPRICHOS


                        

  José Salas “Salitas”, ingenioso alfarero dibujante de caprichos.


                                                            Mi alma se cansó/ y se le cayó/ la jarra del cuerpo.
                                                                                                                         I. Khattabi


   Caprichos son a fin de cuentas las formas talladas en el barro como caprichos son los concursos en el afán de ganar un premio, afianzar una carrera o un determinado éxito. En definitiva resaltar nuestro nombre o nuestro sello.

  José Salas Gálvez (1909-1985) era uno de esos alfareros de calle, nacido en aquellos años duros y turbulentos con los que alboreaba el siglo XX. Tras la repentina muerte de su padre es licenciado del servicio militar para reincorporarse a la alfarería, su vocación, su oficio y su destino.  Superviviente, como tantos en la posguerra española. La sonrisa apenas prendida en la chaqueta de los bailes y las manos de amasar el barro o la vida. José tenía la voz modulada en los vasares. Las suelas gastadas en la rueda del torno así como dolida la cintura. Antaño aquella donosa figura lo mismo desarmaba pañuelos en las tardes del domingo que ataba las horas con una guita en la taberna del sol.

   Salitas era un destacado jarrero. Fue joven aprendiz en la meritosa alfarería de José Gómez Pérez “Pepe Upa”, allá en la C/ Bachiller. Los buenos alfareros dibujan en el torno de su imaginación las piezas sobresalientes. Y la alcarraza jarra era y fue la reina rambleña, la quintaesencia femenina de turbadora desnudez en las ferias y fiestas de guardar. España, es decir, Andalucía, era un botijo que sudaba sus penas al sol mientras una guitarra rasgueaba a la sombra. Junto a la  mesita, prestas para aliviar la sed, distinguidas, frescas y elegantes, las botellas de pera y de bola, donde antaño enseñoreaba, delgada y porosa, la jarra de cuatro picos.

   La jarra actual es hija de la morisca alcarraza. Aquel primor, ya desde las asitas montadas en doblez, feliz destello de belleza, iluminada a base de incisiones con asteriscos, hojas o vainas, impresiones de hundidos y acanaladuras, tetillas o mamelones. Poco le falta para deslumbrar. En fin todo lo que la tersa piel del barro admite como ensalzamiento y coquetería (1).  En trance queda la alcarraza melendezana (2). Al paso de los siglos desnuda su barroquismo preciosista para quedar dibujo, línea pura, esencia en arcilla conque refrescar y depurar el agua o para adorno en el vasar. Últimamente como maceta colgada en los patios y callejas del alma. De aquí a objeto de museo, sólo un paso.

   En todo tiempo, en todo lugar hay espacio para la felicidad. José Salas Gálvez se casó con Francisca Arroyo Sánchez. Y tuvieron 11 hijos, de los que llegaron a mayores tres: Bartolo, Juana y José. Así era la mortalidad infantil en aquel tiempo. Aún recuerdan los viejos del pueblo el fatal accidente del niño Francisco Salas cuando a los diez años escaló entre juegos un poste de la luz. El luto oscureció mucho tiempo al matrimonio, pero Salitas y Frasquita, aún sobre tanta adversidad, se querían.

   Francisca también ayudaba al oficio del marido, mondaba el barro en algunas alfarerías y enlazaba habilidosa y presta los botijos.

   Son los también llamados oficios, santuarios de humedecido frescor y oreadas sombras. En estas cavernas encaladas de silencio, el mito clásico se constata a deshoras. Las ilusiones, los sueños atenúan el acrecentado zumbar del motor que hace girar la rueda. Este era el ritual alfarero de humedecer las manos en el albañal con que se santiguaban algunos domingos. O las vísperas de feria cuando con prisa declinaban al sol los tardíos melones de Agosto.

   A José le perdía la afición por el dibujo (diseñó en el tiempo numerosas piezas para los concursos de alfarería). Fuese con lápiz de albañil, tinta de albañal o modernos rotuladores de color. Continuamente dibujaba caprichos de madurez,  la barba apuntaba cana y los ojos orbitaban sobre el papel, aun antes de deslizar la mano. Eran caprichos de cortesía, diseños regalados al provecho de otros alfareros. Equilibrios en siluetas de regusto clásico y remates barrocos, con asas imposibles enriscadas en osadas piruetas. Y el trazo infantil de los viejos dibujantes. Caprichos del ingenioso alfarero.

   Salitas dejaba volar su mente de acuarelas sobre el barro. Añoraba a su pesar, aquella luz de alcarraza custodiada por almanaques, donde plasmó hilos de arcilla en la soledad eléctrica, 120 vatios, de una bombilla trenzada a cordel. Donde las manos verdaderas eran sombras, que la pared destilaba, alisando un salpicado gotelé de albañal con veranos y radio. Porque nadie está más solo que un alfarero con sus pensamientos girando reiterativos, barruntando con arcilla en las manos su vital incertidumbre sobre la rueda del mundo.

   Los tratos se rubrican  con apretón de manos y unos vasos de vino en la barra de un bar. Los bares son las oficinas de los oficios en toda la España interior. El vino es la comunión con la tierra, así como la arcilla es la carne, toda piel, del campo. Allí ocupan su espacio, su estatus conquistado día a día, año tras año por  mérito propio o concedido por nacimiento, por indulgencia o por imposición. La escala social también pone sus límites, tamizados en los pueblos pequeños, delimita la frontera de la palabra en las cuatro esquinas del bar. El vino de la memoria es el sustento del alma.

   Es este el primer intento de las manos alfareras de La Rambla que dibujan estaciones en sepia o amarillo. Inician a colorear los sueños, pero estos colores densos, muy vivos, parecen inspirados por las carteleras nacionales de los años cincuenta y sesenta que inunda el todopoderoso cine americano. Son como flores kitss en jarrones de pintura plástica. He aquí el inicio anímico de la alfarería a la cerámica moderna, el paso del cine clásico en blanco y negro al technicolor. De las neveras al nevermore sobrevenido cuando la temida crisis del botijo eléctrico en las casas españolas. El cine fue la evasión única y popular a la opresión político-social, los sueños se paseaban en pijama por el lienzo irradiado, pero aún así la moralina española cambió adulterio por incesto. Las películas inspiraban también motes de alfarero que ellos mismos establecían en una competición de ingenio*: “La senda de los elefantes”... Todas las de Clark Gable, Gary Cooper y el otro (Grant) versus Ava, Marilyn, Rita… O “El oro de Mackenna”, ésta ya en los setenta, llenaban los cines San José, el Cine Molinero, o el reciente y  muy moderno Ideal Cinema. Pero la diosa Ava Gadner estuvo aquí, bien lo sabéis. Y el pobre Frank (Sinatra) fue espetado por un collar de esmeraldas que entraba, para llevársela, en el aeropuerto del Prat. Los botijos rambleños ya habían colonizado por décadas, prioritariamente la baja Andalucía y el centro de España. Ahora la nueva cerámica vidriada aguardaba, en muflas o en hornos eléctricos, de gas o de gasoil, su implosión y desbordamiento por la península ibérica e incluso allende los Pirineos. Pero ésta ya es otra época, televisiva.



  (1) Alcarraza iluminada del Museo de Cerámica La Rambla.
  (2). Bodegón de Luis Meléndez (siglo XVIII) con una jarra alcarraza en el Museo del Prado. Cursos de Cerámica Histórica en La Rambla, idea y desarrollo de José Luis Parra Jurado.
  *Esto me lo comentó mi buen amigo Rafael del Río Gamero, alfarero octogenario, que ha llevado con dignidad y orgullo el sobrenombre de Mogambo.

_"EL BOTIJO DE GALLO. UNA DE LAS FORMAS TRADICIONALES DE LA ALFARERIA RAMBLEÑA. (CHARLAS ALFARERAS A LA SOMBRA DEL OFICIO. Entrevista a Rafael Del Río Gamero ) REV LXVIII. EXPOSICION CERAMICA DE LA RAMBLA.1998

martes, 31 de julio de 2012

Ariza cíclope




Ariza cíclope fue acunado en una hermosa col. Piedra herida por los metales, astral dulcificada.
Despuntaba el siglo atroz. Tras el trueno, lacrimales de barro, una nana de lluvia sobre la nube dormida en el pecho. Huele a pino y brasas. Entre ramos de albahaca la luna lame astillas de distancia. Tras el trueno, dibujar el limo, surcos, hondura amarilla de  Fuencubierta. Dibujar con saliva y ceniza sobre la arena. No eran tallos de luna los almendros.
El lápiz restaba sobre papel de estraza un vocabulario de imágenes bajo el sopor insano de una vela. La crin del viento amarillo enredada al canto de la lechuza. Dibujar el sol con espirales, la noche morada de las zarzas…
Orillas del mundo un niño blande al sol su espejo roto.



martes, 17 de julio de 2012

JAZMÍN





Desgaja el aire de jazmín la noche blanca. 

Su azucena de hallazgos perlada conmueve.

Dulce nieve del materno seno, vivo cairel,

Papiro oloroso de la acacia.

Principio de ausencia

Sellada en diminuta seda.

Piel de la noche contra el sueño,

La tarde es azul jazmín.

De heladas alevosías, la curva feraz del tiempo

Engarza luz de albada y adolece

El aroma de una estrella,

Nebulosa en el ritmo de las alondras.



Del libro "Extensa clepsidra"


miércoles, 6 de junio de 2012

Las moras tardías. La mora.







LAS MORAS TARDÍAS

Sangran tardías las moras más dulces.
Tu saliva, licorera y confitura de mis besos.
                                                         (02)



                              LA MORA



              La mora era tiznar la lengua
              Con ese último dulzor de anises.
              Arrebatar la certeza blanca o morada.
              Fuera biznaga, licor de infancia.
              Los dedos robaban la dulce lombriz
              Entre las hojas de morera
              Donde avizoran pájaros inanes,
              Clerecía de nubes en la hierba.
              Manchados los labios del primer beso,
              La mora nutre aún al claror del cielo.

                                De "Extensa Clepsidra"

domingo, 3 de junio de 2012

Pues...

   Un nuevo virus recorre el universo de la lengua castellana y por ende Limosa, el virus Pues. Sospecho que esto lo han  difundido a escala global, los móviles androides, tal vez.. Un río de estulticia nos embarga la frase. Y puesto que el discurso es el lenguaje y el lenguaje, la expresión del pensamiento. Nos vamos quedando tontos. Y no sólo los que ya tenemos una edad gloriosa.
A veces me escucho, yo también he sido infectado, pues... El pues es una pausa,  recapacitadora, sirve para todo, como nexo, como punto final, como liturgia. Imaginemos el tantra acompañadp del Pues... Ommm. Pues..., Ommm.. ¡Cielos! una "afirmación dubitatoria". Todo eso y mucho más, una red de redes, el virus Pues, se nos cuela en la oficina, en la cocina y hasta en la cama. Se transmite por los medios. Lo escuchamos mil veces al cabo del día. Todavía no ha llegado  a los telediarios, ni a la Academia.
Esta época de crisis es la del pues. El virus Pues lo mismo enfatiza una acción que la cercena en su inicio. Es demasiado este soniquete. Y lo malo o lo bueno es que, de tarde en  tarde, te das cuenta de que a pesar de lo mal que estás quedando, pues al agitarlo no resuelve nada, a menudo los silencios son las mejores pausas valorativas. Pero en este entramado digital, antes o des-pués tú también, amigo, debes vacunarte.



martes, 29 de mayo de 2012

La guitarra

Imagen relacionada
La niña de la saetas. Oleo de Julio Romero















La guitarra tiene seis
finísimos juncos
y un gran  río de sombra,
de amargura rotos.
Las palmas son
-de la voz que huye-
chapoteos blancos.
                 

jueves, 17 de mayo de 2012

Jaramagos de agua


Arena y tiempo somos,
pequeños coágulos de desierto
entre naranjas de humo.
Jaramagos de agua 
sobre la piedra tosca.

viernes, 4 de mayo de 2012

Retrato en sepia

                               

                                       
                                            ( Limosa ,1943)


Otrora leves las mejillas peinaban chumbos.
Los brazos en durezas de la encina.
Las piernas a cardenales tantos
Que las estrías desembocaban en el Hades.
Pero su sonrisa era de niña
Y en los ojos bailaban turmalinas;
Y la risa alborotaba en abubilla
Si saltaban espigas de su boca.
Recordaba los paternos ojos de aceituna
Y la voz de meloja de Mamá,
La caricia del jabón,
El peso de vacío en piedra pómez.
Bajo el zinc desconchado de la luna
Una bombilla de luz tenue doraba
El espejo por altos membrillos y duraznos.

                                                        (2011)