martes, 12 de febrero de 2013

Paco Serrano, pintor y escritor.



Era Berlín, Londres, París, Siena o Fernán Núñez.

Era Córdoba, entre la posmodernidad,

El punk gestual con pose desabrida

Y el clasicismo asumido en la pintura.

Oscurecía en café su tempo, literario,

De siluetas expresionistas.

Pintaba con un dolor suyo de colores diluidos y sanguinas,

Morados, turbios sexos bajo cielos de color carmín.

Hembras de carne violeta, desnudos con estola.

Marinos de mirada opiácea, el torso henchido

A pasos de burdel.

Seda rasgada, entorchados que mancha

Una rompedora, zaherida paleta ilustrada.

Estigma o verdad, su torva adustez

Fuese impostura, la nebulosa careta

Que protege en rebeldía al sincero,

Vehemente artista, hombre bueno y desvalido.








Paco Serrano (1960-2009)

Hablé con él un par de veces  o tres. Una visita a Córdoba para pedirle junto a Rafael Castellano su colaboración en Ababol. Nos enseñó una libreta con dibujos, pero todo el rato nos hablaba con fervor e intensidad de sus escritores favoritos (admiraba el Ulises, de James Joyce)  y de literatura europea avanzada. Pintura y escritura eran en él  dos pasiones interiorizadas Anteriormente lo había conocido en Fernán Núñez..
Ilustró, con dos bellos dibujos, mi primera publicación,  Joyeles de Arena,  plaquette que  diseñó y editó su tío, el poeta Fernando Serrano en la colección Cuadernos de Ulía..
Una mañana, hace ya unos cuantos años, Paco me llamó para decirme que quería exponer en La Casa Museo de Alfonso Ariza. en La Rambla. Lamentablemente por diversas causas, yo ya me sentía extraño a esta casa museo y le insistí en que hablara con Cultura en el Ayuntamiento. No sé si habló o no, el caso es que no se llegó a realizar esa que hubiera sido magnífica exposición.




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