Ángeles apasionados de Buñuel apilan coronas de lana,
chales amaranto, largas púas de almíbar.
Albérchigos de nube, versos iridiscentes, asonetados,
ambrosía en las viñas, lagartijas en sombras del atardecer
bajo intenso sangrar de nubes.
Visten de llamarada, a pupila sajada, largos senos de lluvia.
De recias hormigas, luna de sus ojos a placer, carcoma de jaez en turbas.
Una historia es real si soñada, cruel por moral.
Alter ego de paloma amasada en afrecho.
Con tijeras de agrimensor el recuerdo ondula en tramos de playa.
La nuca lamida por el buey Apis si al cortar los cielos
se para un metrónomo de silencio.
Federico desliza y corre el mar!
Mayo 2020
