sábado, 16 de diciembre de 2017

Ruinas (de Medina Azahara). Ricardo Molina.



RUINAS

Poderosa es la fábrica de mármol,
el noble alcázar de almenados muros,
las metálicas puertas, cedro y bronce;
pero más poderoso que el mismo poderío
es el deseo de poder que inflama
con su voraz centella el pecho inerme.
Bella es la íntima cámara labrada
para el amor, la claricorde fuente
que llora y canta en un lugar secreto,
pero más bello aún que la misma belleza
es el amargo anhelo que despierta.
Del alminar, ¿qué queda? Del alcázar,
¿qué queda? Del amor, del poderío,
del deseo, ¿qué queda? Un son de piedra,
un nombre vago y falso, un aire triste.
Del fabuloso cielo las estrellas
cayeron en ceniza, una a una;
en ceniza el amor, el poder, el deseo;
ceniza que dispersa cualquier viento...


POETA ÁRABE

Los hombres que cantaban
el jazmín y la luna
me legaron su pena,
su amor, su ardor, su fuego.

La pasión que consume
los labios como un astro,
la esclavitud a la
hermosura más frágil.

Y esa melancolía
de codiciar eterno
el goce cuya esencia
es durar un instante.

                  Ricardo Molina