domingo, 30 de enero de 2011

EL CUELLO ROTO DEL CISNE



"El cuello roto del cisne"

Cuando la música toca fondo y anega los saloncitos dorados del recuerdo, un cisne de latón chapado aguza el pico, cierra los ojos y adelgaza el cuello hacia la luz de luna que imanta el espejo. Extasiado roza las colinas, hiere los álamos, acaricia los peplos de luna de los astros dormitando.
Pero si amanece, redondo un arpegio salta a su plumaje, cae ebrio de nácares y nieve entre el aparador y el gramófono. Su pico lleva tallado en minúscula: "Bebe del agua que quemó las naves, llevas astillas azules en el cuello".
El silencio como un pámpano roto va girando entre los vasos.*




"El Cuello Roto del Cisne" (1989-2005)
(El viernes 28 de enero en la Casa de la Cultura de la Rambla, los participantes-colaboradores en Onda Pasión a lo largo del tiempo, hemos recibido un homenaje y reconocimiento a nuestra labor altruista, de voluntarios culturales, al cumplirse los 20 años de la emisora).

"El Cuello Roto del Cisne" fue un programa literario emitido en Onda Pasión*, donde la poesía cordobesa y universal se mecía entre cadencias de la música y  las voces que la leían o interpretaban. Magistrales fueron los actores. Todos jóvenes poetas de acá, de los alrededores de Limosa.
A veces venían poetas invitados; a los que entrevistamos y rendíamos homenaje en los antiguos locales de la Calle Rejanas.
Se concretó una noche de jazz en vivo, de una idea del poeta Rafael Castellano y del que esto suscribe cuando la emisora iniciaba sus primeros programas. Dar cauce a la inquietud de las personas que por afición o vocación tienen algo que expresar fue y es un acierto. A la vez que se aprende un lenguaje y un oficio.
Rafael envió unos cuantos guiones desde las ciudades donde completaba sus estudios. En vacaciones participaba también realizando programas con sus autores elegidos. Algunos guiones, dos o tres, los escribimos a dúo.
Juan Osuna y Lourdes Álvarez también realizaron uno o dos programas, cada uno dedicados a poetas que ellos seleccionaron.
Tuve el honor y la suerte de aprender poco a poco a dirigir, escribir numerosos guiones (durante cinco o seis años, la mayoría, excepto los reseñados anteriormente), textos de introducción a los autores, elegir la música y los poemas.
De algunos de aquellos guiones también se nutre este blog, pero nada es superable a la inmediatez del programa en directo. El silencio es otra voz que la música dejó titilando cuando el texto o el poema terminan.


*. De mi libro de poemas "El Dragón dormido en la espesura". Colec. PoIifemo. Diputación de Córdoba. 1991)
* Onda Pasión, Taller de Radio de La Rambla, asociado a la EMA (Emisoras Locales de Andalucía)

viernes, 21 de enero de 2011

Foto con silueta


Federico Garcia Lorca en Cadaqués,1927

Foto con silueta
(Antes de los tambores)

Cadaqués.
Una pose laxa, los pies planos.
Alpargatas encintadas
a magras, jabonosas, felices piernas.
Federico tiernamente sonreía.
Por la cabeza encebollada
dos negros gajos de sombra iban
o vendrán.
Los ojos de oliva, el rostro
de una granada
que sangra su rubí de labios,
la sonrisa
en el pretil de horas inermes.
Las manos solas por el rosal.

viernes, 14 de enero de 2011

ASMAR




El asmar de tu clara boca,

la llaga de tu mirar,

la primera esponja,

la palabra

en el reverso de tu frente.



(Inédito, del libro "Con Piel de agua")

miércoles, 12 de enero de 2011

Puente de Ibn Abbas Firnás. Puente de la nostalgia.

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Ibn Abbas Firnás voló sobre la Ruzafa de Córdoba siglos antes que Leonardo Da Vinci diseñara su máquina voladora...


En estos días se inaugura un puente de nuevo diseño.Representa unas alas sobre un hombre alzando el vuelo sobre el río Guadalquivir, en la ciudad de Córdoba. Está dedicado a Abbas Firnás, un sabio qurtubí, astrónomo, inventor, escritor... En definitiva uno de los andalusíes, que desde Al Ándalus conformaron las bases de lo que siglos después sería el Renacimiento en Europa. Nutrido por los avances científicos y de todo tipo que se dieron en la capital de los califas cordobeses.

Recuerdo que en mi juventud compuse un poema a Ibn Firnás, si lo encuentro lo pondré aquí. Esto me ha hecho revivir la nostalgia por esta etapa mía de aprendizaje vital, de asombro y compromiso con la libertad, en los albores de la democracia. Que convulsiona en Córdoba y en toda España. Los he bautizado, relato inclusive, como Puente de la Nostalgia.


Puente de la nostalgia


"Eran ya los álgidos, palpitantes años cordobeses, los de la nueva democracia, el color, afirmándose en las calles, en las facultades e institutos. El desencanto todavía no era una película de temática familiar sobre padres e hijos. La Pre-Movida aún no elevada a contracultura colorista. Y un estilizado, por los pies, aprendiz de poeta cuasi cinéfilo, se debatía entre el aprendizaje a trompicones de la vida: ni cómic, ni afiche, ni postal. 

Córdoba, su judaica hermosura de callejas y rincones fuese el decorado sentimental. La curiosidad latente por la Historia, como en un trazado borgiano, sin paradas conocidas de autobuses furiosamente inalcanzables, de tabernas imperdibles donde la amistad o el dolor seducen con soleada ira. Irremediablemente perdidos, untados de la ceniza mórbida del azahar entre arrayanes. O entre la multitud que no escucha. Recorriendo a toda prisa las etapas desconocidas, maravillándonos de la bullente vitalidad de Córdoba, ciudad de belleza transitable. 

Pavesa de tinta, como en una gramática de inexcusable destino y panfletaria, su incesante pero terrible hermosura ardiese con el paso voraz e inexcusable del tiempo."

lunes, 3 de enero de 2011

Mística y carnal (Julio Romero de Torres)


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Chiquita piconera de Julio Romero de Torres



 




















Mística y carnal

A Francisco Zueras, otro hombre grande del siglo XX


Son y miran desde el lienzo, sorprendida fijeza o ambigüedad. Voluntades como párpados, pétalos sobre un espejo. Su tristeza es lirismo, hondura, oscuridad y serena. Adivinas yerbabuena, vinos heroicos, de Manila canta el trujamán. Símbolos carnales bajo atardeceres donde el raso y el granate. Roma y Grecia, Oriente. Mística y carnal.
Morena hermosura, azahar reposado. Late fósforo de picón verde bajo el luto a punto de luna y jazmín. El filo de una mirada más nácar esconde que acero los labios.
Julio Romero se desvanece en placas de sombra como una revelación del tiempo que insomne aprisiona.
Esos tules inician la modernidad del siglo XX.
                                                                                    (2003)


domingo, 2 de enero de 2011

Ava Gardner o La belleza en dispersión




 


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El Cuello roto del Cisne

Sintonía: Marylin Monroe

Programa dedicado a Ava Gardner o "La belleza en dispersión"

(Emitido el 31- I- 90)
M: Leonard Cohen. "Juana de Arco"

Hay algo de tarde triste, de languidecer sublime en la belleza, que la desliza ineludiblemente al fatalismo.
Hay retazos de locura en lo bello intenso. Una fuerza del destino que aboca al fracaso, arropada en dulces lamentos impregnados de olvido.
En lo concreto, una belleza animal (animal mitológico de la cultura visual que nos domina) como fue la de Ava Gardner, " en tales circunstancias, el ensueño americano podía expandirse a la deriva".
Tras una vida azarosa, ya juguete roto de Hollywood, en busca de su propia libertad personal y sentimental, reinaba en la España franquista de papel couché. Llegó a ser temida en los hoteles que habitaba, se olvidaba entre sábanas de los rostros que iba conociendo.
Ava Lavinia era una chica granjera norteamericana, muy bella, con los ojos de almizcle y la melena azabache. Una Biblia envuelta en hojas de tabaco fuese el único libro dimensionado de su casa. Un día alguien vio una foto suya y la realidad se fragmentó en topacios que el lujo y desenfreno destellaban como regalo de la dulce California.
En Madrid, la espontaneidad y formas de entender la vida española, se apoderaron de esta mujer de cristal prefabricada por los estudios de Hollywood. España veía difuminada por el NODO la fuerza sensual de una diosa, "pecadora muestra de la degeneración moderna". La España del Cipote de Archidona frente a la caña de pescar del generalísimo, de Fraga como hito de la modernidad y de los preciosos teleclubs.
Ava junto a Hemingway en el tendido cero de Las Ventas sufriendo las cornadas de sangre que el destino burlaba con capotes amarillos. Ese animal totémico de carnes blancas y rizadas que medio mundo deseaba poseer. Y que a menudo, en mangas de camisa, cualquier torero agraciado, o afortunado botones del turno de noche, conocían de repente, agitando la penumbra con celofán de una habitación con vistas a la Gran Vía.
Ava era una diosa con lágrimas de gasa, que se bañaba en la Cibeles, rodeada de paparazzis, como una Anita Ekberg castiza y con montera.
Ava Gadner, nuestra estrella con mantilla y gafas oscuras, en una España de cines imperiales y gabardinas a lo Roberto Alkázar, de fiambreras con tortilla en la Casa de Campo, vigilados por guardias con gorra y mostacho.
Unos matrimonios de desecho y un olvidar el tiempo a manos llenas, la plegaria irresistible de la siesta, la taberna, el café y el flamenco acompasado por las orlas oscuras del brandy.
Ese dulce dejarse llevar por lo imprevisto, tierna manera y caprichosa de languidecer en los brazos del fauno.


(Sobre la insoportabilidad del mito apreciamos a la mujer que lo encarnaba)