martes, 20 de septiembre de 2011

Otoño desorbitado

Una mole de titanio y otros metales



Este Viernes el otoño llegará fuera de órbita. Caerá en forma de satélite estacional sobre La Tierra, pero no hay peligro, al menos no demasiado. Todos los otoños llegan en silencio y levantan una polvareda gélida que amarillea periódicamente los árboles y humedece los diccionarios. También los ánimos flaquean ante el frío venidero.
Este próximo viernes un satélite de EEUU, abultado como un autobús de Aucorsa, acertará a posarse fragmentado, probablemente sobre el turbio azul de algún océano o sobre los bosques de Amazonía y los polinizará.
El viernes por si acaso escrutaré los cielos con el paraguas de la poesía.
Ay, si toda la basura que esconden los mares, los ríos y lagos, ascendiese imantada mágicamente más acá de los cielos. Uniéndose a la marea de chatarra espacial.
Me pregunto si todo lo que sube baja.