martes, 30 de agosto de 2011

Jazmines de arrebato ( Córdoba, años 70)




Estrenábamos la libertad y el amor, la conciencia social, los primeros versos...
Alzados sobre la alevosa nocturnidad del verano donde el andar ligeros era una pasión circular, de juvenil torpeza, ese nuestro particular destino.
Respirando la luz de los serenos atardeceres como si un decorado de película de romanos. Grecia y Roma se desvelan nocturnas, bajo irradiados peplos de un cine con terraza y bar, la tierra amarilla en liza. Sobrevenidas macetas de geranios colgaban las estrellas.
Repintadas mejillas de arcilla y carmines por labios romos, ángeles de escayola, de umbría almagra o de púrpura.
Al final de los pasos se llega siempre al corazón umbrío de la Judería.

De airada piel, a versos vividos, aún no escritos... Con prisa transitábamos la Córdoba soñada.
Entre callejas de mórbida cal, los primeros besos con dulce sabor a vino.
A la luz de morisca luna, los ciegos amantes, sorprendidos por jazmines de arrebato.

El escenario indolente de las piedras blancas y el agua fría, cristalina, impaciente, por atarjeas y acequias invisibles, como el deseo apremiante de amar y ser amados.



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