De monótonas baldosas,
Cuando al verano ya se le clarean las sienes
enturbia la voz y el músculo
En aguamaniles de cobre.
Se endulza la gasa nocturna
Con almidones de feria,
Y a la brisa clavetean jazmines
de blanda caricia.
Es la ceremonia carnal del desnudarse
De las abrasadoras certezas del verano,
Desplegar el pañuelo de los presagios
Sobre la tibia tez
Reavivar la consciencia
De que somos para un día no ser,
Apenas nada.
Mientras tanto celebremos
Estos días preciosos.
(Del libro "Extensa clepsidra")
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