Tu ángel de umbría transmigra soledad
en aleyas, salmos y rezos.
Dulce en sí lacrima,
las alas tintas en arcilla de brocal rojizo.
Musgo y piel repueblan
veladuras de cal.
La sombra de unas lanzas, yedra en el agua.
La columna necesita el arrebol de un rostro.
Trepa en silencio la enredadera del pecho,
lento trascender de Roma, la fijeza hebraica.
Esbelto brocal de eternidad.
En tu pecho sonríe la tristeza.
Un nuevo ángel acontece.
No hay comentarios:
Publicar un comentario