Calleja del Pañuelo. Foto JLP |
Camisa blanca
La luna fue raudal,
amplia camisa suelta.
Ligeros pasos sin motivo,
una protesta de cuerpos ardidos
como volutas de humo.
Sentir la vida lentecida,
la risa propia y ajena,
recurso y entropía.
El silencio,
rumor eterno del agua,
como aroma y encuentro
del yo con el entorno.
Calleja de las Flores,
Placita del Pañuelo,
quedarse, soñar despiertos
bajo el protectorado del jazmín
o en la tenue fatalidad
de la dama de noche.
(Córdoba, 1979)
Lectura interior
Leo el libro de tus labios,
lunas de pórfido,
estantiguas indemnes.
Suceden delicados seres
sentimentales
la coloquíntida de tus ojos
tendidos al mar.
Alpaca salada,
verde cendal
sobre la noble fragua nocturna.
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