De arrope la mirada, tacto en equilibrio.
Raíces de olivo anudan palomas de nieve.
No pétalos, espiga es de infancia.
Nube o afán, caliza el dormir.
A veces la muerte aventa su grey
De langostas amarillas.
Panales agría. Silencios: ¡Ardió la vid!
La sangre espesa como melaza o arrope.
La hierba dibuja continencia.
Bajo el humus la noche fértil del gusano,
El signo imperioso de las hormigas.
Toda pasión ilumina.
Ebrio, labios de papel, manuscritos de olvido.
Por afecto los latidos irrumpen pronombres
Sobre la escarcha de apremio.
O esquejes sobre arcilla, las astillas rumian
soledad.
Abrumas de arganel licuable lápiz de
nostalgia.
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